¿Sabías que uno de los problemas más pasados por alto después de un accidente automovilístico es reemplazar la silla de seguridad para niños?

Después de un accidente automovilístico, el daño a tu auto suele ser bastante evidente. El daño a tu cuerpo puede ser un poco menos obvio; es posible que no sientas de inmediato dolor o rigidez. Es aún menos obvio para la mayoría de las personas que cualquier silla de seguridad infantil podría haber resultado dañada. La mayoría de las veces, las sillas para auto probablemente han sido comprometidas y deben ser reemplazadas.

Hasta hace aproximadamente 3 años, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) recomendaba reemplazar las sillas de seguridad infantil después de cualquier accidente, sin importar la gravedad. Con el aumento de la presión por parte de las compañías de seguros que buscan reducir los costos asociados con las reclamaciones por accidentes, la NHTSA ahora recomienda que las sillas de seguridad y los asientos elevadores se reemplacen tras un choque “moderado o severo”.

Aunque la NHTSA no definió qué constituye un choque moderado o severo, ha establecido 5 criterios para un choque “menor”. Así que si tu accidente y/o la silla para auto no cumple con los 5 criterios a continuación, definitivamente deberías reemplazar la(s) silla(s) de seguridad para niños en tu auto:

  1. Pudiste conducir el vehículo lejos del lugar del accidente.
  2. La puerta del vehículo más cercana a la silla para auto no sufrió daños.
  3. Nadie en el vehículo resultó herido de ninguna manera.
  4. No se activaron las bolsas de aire.
  5. No hay daños visibles en la silla para auto.

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